ENLAPUTACALLE

Los satelukos hemos creado este blog para que todos podamos votar y seleccionar el mejor discurso de despedida, porque aquí sí podemos elegir. Ya sabéis que en el satélite cada día echan a un compañero, así que no perdáis la oportunidad de decir la última palabra. Que no nos gane la desidia. ¿Quién se atreve a romper el silencio?

Sunday, November 05, 2006

Los satelucos buscan inspiración

Saldama, Monix, y Gabi H en uno de sus momentos bucólicos, buscando inspiración para sus cuentos en algún lugar de Extremadura.
 Posted by Picasa

Nidito de Pájaro en la feria del libro de Madrid

Aquí tenemos al célebre Nido de Pájaro, rodeado de libros, como no podía ser menos. Todos los satelukos esperamos ansiosos sus nuevos relatos y sus intrépidas aventuras. Posted by Picasa

Saldama y Shernan

En la foto, las satelucas Sonia Aldama y Silvia Dominguez, en la cervecería "El Verde", el día del fallo del Certamen de Relato de Aventuras "El Satélite", ellas no participaron, pero esperan obtener un puesto destacado en la III Convocatoria del Concurso de Cuentos de Navidad "El Satélite".
Esa noche echaron de menos al célebre escritor José Carlos Castellanos, más conocido como Nidito de Pájaro, que también se atreve con la poesía, aquí os dejamos con uno de sus poemas escrito a cuatro manos junto a la gurú de los pollos, su camarada saldama:
Nunca hubo guerra
sólo un amor desmedido
Nunca hubo guerra
sólo batallas sin tregua.
 Posted by Picasa

Madison y Barri

Otoño de 2006: bar de las alitas, Mada y César homenajean a las cumpleañeras minutos después del fallo del I Certamen de Relato de Aventuras "El Satélite".
El ganador, Raúl Pérez Molina, con su cuento "Delicias Orientales", no pudo acudir al evento, pero fuentes fidedignas nos aseguraron que estaba radiante de felicidad con su primer puesto.
 Posted by Picasa

Satelucos presentan:

III CERTAMEN DE CUENTO DE NAVIDAD "EL SATÉLITE"

Próximamente os anunciaremos las bases de la tercera convocatoria de uno de los concursos más famosos del Satélite, este año esperamos que el nivel de participación sea el más alto de todos los certámenes organizados en los últimos tres años. Suerte y que el espíritu de los renos os invada :-)

Tuesday, October 03, 2006

ATHILA

Todos cuando pronunciamos o nos encontramos con la palabra "aventura", en nuestro subconsciente tratamos de imaginar miles de historias divertidas, curiosas, inexplicables, casuales, casi siempre con un desenlace feliz, increíbles, irrepetibles, inolvidables… La que voy a narrar o al menos intentarlo, no es una aventura de verano. Es un viaje largo e intenso que ha durado ocho años. Nadie hubiera imaginado que precisamente, estas vacaciones serían las últimas juntos. No es una historia que termine bien, pero sí una aventura más en mi vida, que ya se ha convertido en increíble, irrepetible y por supuesto inolvidable. No puedo dejar pasar esta oportunidad que me brinda el Certamen más Catero, sin hacerle un homenaje, es lo menos que debo hacer. Reconocerle todo lo que inconscientemente, sin saberlo y sin pedir nada a cambio, hizo por mí. Un día antes de que se fuera y me dejara, le escribí una carta, breve pero llena de sentimiento. Lo hice con él apoyado en mi pierna, como solía dormirse cada noche. Atila ha sido y será siempre el más especial. Por las circunstancias en las que entró en mi vida, por todo lo que aportó en ella hasta el último momento, ese en el que una vez más, con una confianza ciega en mí, se quedó dormidito en mi brazo sin enterarse de nada. Era lo mejor para los dos. Sobre todo para él. Un par de días antes, caí en la cuenta de que aunque en mis innumerables escritos, poemas, relatos… le nombro de vez en cuando, NUNCA le había dedicado nada a él, sólo a él. Esto que vas a leer es mi pequeño homenaje a alguien que nunca fue consciente de lo importante que era. Espero que con ello se entienda un poco mejor el vacío tan grande que tengo dentro.
Quiero en este relato transcribirla como agradecimiento infinito a un amigo inolvidable;
"Empiezo cuaderno y además en un momento triste, impotente, desgarrador. Desde lo que se siente por la pérdida de un amigo, un compañero, confidente, cómplice, protector, pañuelo de lágrimas… la ausencia eterna de un vínculo especial, que surgió y nació en unas circunstancias muy significativas de mi vida. Ha sido una tarde para la reflexión, una noche también. Recordando aquel 29 de agosto del 98 en el que por casualidad, renegando de la raza (un boxer!!!), cayó en mis manos un cachorrito indefenso de 10 días. Cuatro días después y tras un año para olvidar, me dieron mi sentencia de separación. Ambos empezábamos una nueva vida, un camino difícil, duro, intenso, desconcertante… un camino que se empezaba con un deplorable estado físico y anímico por mi parte.
Era como un bebé, biberones cada tres horas, tantas y tantas confidencias en cada uno de ellos!!! Me buscaba constantemente con ese ronroneo tan característico que tienen los cachorros. Se las apañaba siempre para irse colocando cerca de mi corazón, buscando unos latidos débiles, no daban para mucho más, y se dormía. Me quedaba mirándole, acariciándole durante horas, sabiendo fehacientemente que, a partir de aquel momento ya nada más que podría contar con él. Todo lo que había fuera no era más que gentuza intentando hacer leña del árbol caído. Muchas de las cosas que hasta entonces había ido perdiendo por el camino, gracias a aquella bola de pelo, que a veces conseguía sacarme de quicio rompiendo todo lo que pillaba a su paso, otras en cambio me lo habría comido a besos, volví a recuperarlas.
Empecé a dormir en mi habitación, despegándome de mis hijos con los que llevaba mucho tiempo. Aunque el pequeño se colaba muy a menudo, aún así los fines de semana en los que todavía se respetaba el régimen de visitas, o las vacaciones… aquellos días en los que me quedaba sola en aquella casa tan grande, no hubiera sido posible sin la compañía de Atila. Empecé a volver a tener confianza y seguridad en mí, a salir a la calle con su inseparable compañía, contarle cosas que nunca antes habían salido de mi corazón. He depositado en él millones de confidencias, secretos, sentimientos, penas, alegrías, caricias, abrazos, risas, lágrimas, cabreos… sabiendo que sería el amigo más fiel de cuantos encontrara en mi camino, por lo menos en aquella época. Un baúl sin fondo, herméticamente cerrado. Nunca le ha importado cargar con mis platos rotos, nunca un mal gesto. Un pañuelo incansable que ha sabido siempre en qué momentos necesitaba consuelo. Un compañero de veladas al borde del abismo, de noches de insomnio, de paseos inseguros convertidos en una obligación de no encerrarme en un mundo oscuro, de navidades y cumpleaños deprimentes en los que hemos compartido momentos melancólicos de tiempos pasados en los que todo era diferente.
Siento que se me escapa de las manos un soporte, un apoyo, una alegría constante cuando entras en casa. Alguien fiel a más no poder, a él nunca le ha importado si soy guapa, fea, tonta, lista, culta, inútil, gorda, flaca, simpática, borde, uraña, moral, inmoral, honesta, humilde, prepotente, ladrona, trabajadora, vaga, buena, mala o peor. Siempre me ha querido tal y como soy, sin reprocharme nada, solamente a cambio de alguna caricia voluntaria y un sustento que él sólo no se puede procurar. Si pudiera hablar, expresarse, no creo que nadie más que él tenga la información suficiente "on line", para ir contando los peores años, paso a paso, minuto a minuto… duele mucho pensar que sólo hemos podido compartir muy poquito tiempo de los mejores momentos. De los que da una nueva vida. Celoso de mí, nunca ha consentido que nadie me alzara la voz, siempre alerta, avisando con sus gestos, reacciones, movimientos de quien viene o no de buena fe. Siempre instintivamente ha acertado en sus intuiciones. Sé que me adora, al final su vida ha sido entera para mí, la ha compartido conmigo 100%. Vacaciones de relax, salidas desesperadas en busca de respuestas a interrogantes que creaban demasiada intranquilidad, conversaciones infinitas en el coche, en el campo, viajes amargos a un no sé dónde, otros inolvidables y muy, muy especiales.
Siempre, toda mi vida, en casa ha habido perro. A todos los quise, por todos lloré desconsoladamente cuando faltaron, pero puedo asegurar que por ninguno he sentido esta desazón tan desgarradora, inconsolable. Con ninguno de ellos tenía esta relación, osaría decir y catalogarla casi de unión espiritual. La cultura india es especialista en unir alma-hombre-animal. Las vivencias, las circunstancias de mi vida en las que él entró, son, eran demasiado especiales y gracias a Dios irrepetibles. Encontré un bastón, un amigo necesario, un apoyo incondicional, una compañía encantadora. Sé, lo intuyo que el tiempo se agota, estamos compartiendo el final de la historia, escribiendo sus últimos renglones. Su mirada a veces perdida, me dice que se va, casi me pide "perdón" por abandonarme, por dejarme en la estacada, por no seguir velando, protegiéndome y cuidándome como hasta ahora, incansablemente. Odio perderle cuando nuestras conversaciones empezaban a tomar un tono esperanzador, ilusionante, feliz, sereno… cuando todo lo que puedo decirle de mi vida actual es bueno, siento que se haya comido toda la mierda y se pierda lo bueno. Que no me vea por fin!!! Feliz y no compartir esos momentos con él, se los debo, los merece por muchos otros que no lo fueron.
Sé que la mayoría de la gente, me tacharía de loca e inconsciente por este amor a un perro, casi como se ama a un hijo. No sé si estoy loca, equivocada, sólo sé lo que siento y lo que un animal sin importancia para muchos significa en mi vida. No quiero verle sufrir, y sé por experiencia que es lo mejor para los dos. Trato de evitar imaginar ese momento y sin embargo, no puedo, le acompañaré hasta el final con mis caricias, esas que tanto busca y que el encantan, intentando recompensarle mínimamente de todo lo que él ha aportado a mi vida, seguramente sin saberlo y sin ser consciente de ello. No ha sido un animal de compañía, ni una mascota, ha sido un amigo irrepetible que en un día comenzó una terapia conmigo haciéndome sonreír, caminar iniciando una recuperación lenta y dolorosa, dándome en cada momento lo que necesitaba sin pedírselo."
No sé si Atila tuvo un bello morir, no sé siquiera si eso existe, lo que sí puedo asegurar es que lo hizo en mi brazo, recostado, tranquilo y confiando en mí, una vez más de tantas veces. Fue un momento difícil, duro, me da la impresión de que una parte de mí se la ha llevado. Se la ha quedado él. Una parte que murió con él. Es posible que su papel en esta vida fuera el que fue, por lo que sea había llegado a su fin. Creo que lo más duro de todo fue llegar a casa, pasar por el parque en el que tantas veces habíamos jugado, ver su plato, la cama, la comida, su cojín, sus juguetes… y lo peor, cuando empiece a salir por allí, y todo el mundo " ¿y Atila dónde le has dejado?". La gente no está acostumbrada a verme sola. Cuando vaya a por el pan, a la farmacia, al ciber y me parezca que está incasable y paciente esperando en la puerta. ¡Qué vacío más grande! Esta noche me he sentido muy sola, sin nadie a quien echar la bronca por los ronquidos, sin nadie con quien hablar cuando me despierto y me quedo fumando un cigarro, sin que venga una y otra vez a ver si estoy en la cama. Siempre vigilando y cuidando de que todo esté bien, sin nadie a quien contar mis aventuras de cada día, aventuras y desventuras como Zalacaín.
En cada esquina, por el parque, por la calle, en casa, siempre me parece que va a aparecer con su juguete en la boca, provocándome como sólo él sabía hacerlo. Una buena amiga me dijo: "Algunas flores sólo viven unos cuantos días; todo el mundo las admira, las cuida y las acaricia, como a señales de primavera y esperanza. Después mueren, pero han hecho su función." Atila se ha ido porque ha cumplido su trabajo. Espero que por ahí haya un cielo para ellos, que desde allí siga cuidándome y no se enfade demasiado porque…. Tengo otro Boxer, con mes y medio, que es irresistible y como todos los cachorros, malo, travieso, maleducado e insolente. ¡Estaré ocupada en meterle en vereda! Ninguno sustituirá a Atila, pero también Ares (Dios griego de la guerra), tendrá su significado a mi lado, quizás compartir momentos de una etapa, una aventura que deseo con toda mi alma que sea larguísima, intensa y a poder ser eterna. Una aventura que también se convierta en especial, inolvidable e irrepetible.

ALDEBARAN

RAPTO EN LA CHIQUIPANDI

La casa del árbol siempre había sido su punto de reunión y Sandra les había citado a las 6 de la tarde en el "Baptisterio" como ellos habían bautizado a su pequeño refugio.
Ella fue la primera en llegar. Era la líder a quien todos consultaban antes de decidir cualquier cuestión, desde donde ir a tomar helado hasta que escucharían en la siguiente reunión de grupo, pero ese día estaba triste.
Las chicas habían quedado antes para comprar chucherias que comerían en la reunión ya que Isa no podía estar sin comer mucho tiempo y el resto estaban cansados de aplazar siempre las reuniones durante unos minutos para que ella saliera a comprar algo, por eso ahora siempre llevaban la compra de chucherias para que a ella no le faltara nada que comer.
Llegaron al pie del árbol las cinco. Isa se estaba comiendo una palmera de chocolate mientras que sus amigas cargaban con las bolsas de la merienda.
- Podías ayudar un poco Isa –Dijo Belén mientras hacia malabarismos para que no se le escurrieran las dos coca-colas que traía en la mano derecha.
- Jo, si es que tengo las manos ocupadas porque la palmera es de chocolate y tengo que tener mucho cuidado en no mancharme. -Le contesto Isa mientras miraba su palmera y pensaba donde darle su siguiente bocado.
- Bueno tampoco es para tanto Belén, total son solo tres cosas y nosotras somos tres… deja que Isa se coma a gusto la palmera que nosotras podemos con el resto – Comento Marta mientras sonreía pensando en las nubes que llevaba en su bolsa, eran de su color favorito… el rosa. No sabía si le gustaban más las nubes por su sabor o por su color.
- ¿Queréis dejar esto para otro momento? –Les corto Miriam. Era la práctica del grupo y lo primero era saber que le había ocurrido a Sandra.
- Yo creo que Miriam tiene razón – Dijo Esther en voz baja mirando a Inés la hermana de Miriam– Lo primero es ver que le pasa a Sandra.
Fueron hacia el árbol y se encontraron con Gerardo y Gastón.
Después de enseñarles las bolsas de chucherias subieron de uno en uno hasta la caseta donde les esperaba Sandra con lágrimas en los ojos. Sus compañeros se temieron lo peor y hasta Isa dejo de comer.
- Gracias por venir chicos – Les dijo mientras se secaba las lágrimas.
- ¿Que te pasa Sandra? – Le dijo su amigo Gerardo con aire protector.
- Bueno chicos… he recibido esta nota y no se que hacer.
Sus amigos se reunieron en torno a la nota y al final Belén con decisión se la quito de las manos a Gastón para leerla en voz alta: "Tenemos a Dorotea y a Doroteo, no acudáis a la policía ni a los padres. Queremos una bolsa de chucherias a cambio de vuestros amigos. Os daremos pistas para llegar al lugar de encuentro para el intercambio. De momento tendréis que ir a casa de la señora Virginia Braun y buscar bajo la maceta que tiene junto a la ventana de la cocina. Ahí tendréis mas instrucciones".
- No podemos ceder al chantaje – Dijo Belen – No pueden atemorizar a la gente, robando sus chucherias.
- ¿Tienes idea de quien ha sido? – Pregunto Gerardo con gesto serio mirando a los ojos de Sandra.
- Tengo una ligera idea. Carlota estaba enfadada porque el otro día no la deje a Dorotea. Quería hacerla un traje pero me daba miedo de que si se la llevaba no la volvería a ver… puede haber sido ella pero no estoy segura– termino Sandra mientras se sonaba en el pañuelo que le había dado Gerardo.
- Chuches podemos comprar cuando nos den la paga a todos, así que yo creo que son mas importantes nuestros amigos – Dijo Gastón con decisión.
Después de media hora tratando de convencer a Isa de que sacrificara las chucherias por sus amigos, fueron a casa de Virginia Braun.
Todos los chicos la tenían miedo así que enviaron a Esther por la nota. Sabían que ella no sabia decir que no, el resto se quedo mirando desde la acera a su amiga mientras ella iba caminando por el césped hasta llegar a la ventana de la cocina. Cuando llego vio la maceta de claveles y la levanto para buscar la nota pero con tanto ímpetu que la maceta choco con el cristal de la ventana. Esther se asusto tanto que soltó la maceta de golpe y en su huida casi pierde el papel que había cogido debajo del tiesto.
La Sra. Braun miro por su ventana pero solo vio a una chica corriendo mientras agitaba un papel que llevaba en la mano "desde luego... no puede estar una tranquila ni en su casa"- Pensó la anciana.
Esther llego sin aliento al lado de sus amigos y le dio la nota a Belén para que la leyera en alto ya que ella se había quedado sin aliento por la carrera.
La nota decía: "Junto a las ocho columnas nuevas, tenéis un mirador. En la tercera ventana dejar la bolsa de chuherias. Ahí os diremos donde podréis rescatar a vuestros amigos".
- No puedo mas… no se donde están esas ocho columnas – Llorosa y sujetándose la cabeza les comento Sandra – Me rindo.
- Yo estoy sin comer nada desde hace tres minutos… ¿sabéis lo que son tres minutos?... no puedo seguir con esto si no tomo algo ahora mismo. Lo mismo hasta me desmayo – Isa término la frase haciendo un amago de desmayo ficticio mientras miraba a Belén.
- ¿Eso es lo q queréis a nuestros amigos?– Con el ceño fruncido tras sus gafas dijo Gastón mirando a cada una de las chicas.
- Yo ya he ido a por la maceta y estoy con taquicardia, ahora no puedo pensar. ¡Me va el corazón a mil! – Les dijo Esther mientras llevaba la mano de Inés a su pecho para mostrar como latía su corazón.
- Pensemos un poco chicos… ¿a que se pueden referir con las ocho nuevas columnas? Tiene que ser un sitio donde tengan vidrieras…. ¿Se os ocurre algo? – Pregunto Miriam mientras tomaba la nota de la mano de Belén y repasaba el texto que habían escrito los secuestradores.
- Creo que en el centro comercial nuevo que han abierto tienen columnas por el medio y una gran vidriera. No se cuantas columnas son porque nunca me he parado a contarlas – Dijo Marta con un hilito de voz y mirando al suelo mientras todos sus amigos ponían los ojos en ella – Pero es un centro comercial muy bonito, tienen hasta una tienda de Hello Kitty toda con colores rosa y cosas chulas… la verdad es que mola mucho.
- Tienes razón Marta – Dijo Gastón – Ese es el lugar donde tenemos que ir.
Los ojillos de Marta chispearon de alegría cuando se dio cuenta de que había resuelto el interrogante.
- Venga chicos, vamos para allí… no perdamos tiempo.- Dijo Sandra mientras tiraba de las manos de sus amigos para llegar lo antes posible al lugar de reunión.
Los nueve chicos tomaron el bus y llegaron al nuevo centro comercial "La Respuesta".
Comprobaron que efectivamente eran ocho las columnas y buscaron las vidrieras. Cuando las encontraron empezaron a contarlas y en la tercera vieron un papel. Esta vez fue Inés la encargada de ir a por el papel.
La chica fue con disimulo hasta la ventana y tomo la nota.
- Aquí esta la nota. Os la leeré – Dijo Inés- : "Si dejáis aquí la bolsa con las chucherias os devolveré a vuestros amigos. Dejarla y dentro de 30 minutos podréis encontrar a la parejita en vuestro árbol cabaña sanos y salvos".
- ¿Toda la bolsa? ¿Puedo quedarme alguna nube? Total, tampoco saben si teníamos 10 o 20… es una pena perder todas las nubes… creo que me voy a hiperventilar solo de pensar en perder todo esto – Comento Isa poniéndose a soplar dentro de una bolsa que le dio Belén.
El resto de los chicos también sufrían la perdida de sus golosinas, pero pensaban que si eso era suficiente para librar a sus amigos y que Sandra fuera feliz… lo daban por bien empleado.
Mientras Belén le comentaba a Isa que las golosinas no dan la felicidad, Gastón aprovechó el momento y le retiro a su amiga la bolsa de golosinas que agarraba contra su pecho como si le fuera la vida en ello.
Al final Isa entendió que era mejor salvar a sus amigos… eso cuando el resto del grupo le aseguro que de la siguiente bolsa que pudieran comprar ella tendría una ración doble de golosinas.
Dejaron la bolsa y volvieron al Baptisterio. Por el camino Gerardo hizo un par de bromas a sus amigas para ver si les sacaba alguna sonrisa, pero los ánimos estaban un poco bajos en ese momento.
Llegaron a la casa del árbol y encontraron una caja de cartón junto a la escalera.
Cuando la abrieron los ojos de Sandra se ilumiron de alegría.
- ¡Por fin! ¡Aquí estáis! Os he echado mucho de menos Dorotea y Doroteo!!! –decía Sandra mientras daba saltitos de alegría y achuchaba a sus peluches.
- Al final… ha salido bien, ¿no? – Comento Gastón limpiando sus gafas.
- Cada día es una gran aventura, ¿verdad chicos? – Comento Belén que dejo a Isa comprando un perrito caliente en el puesto de la esquina.
- Creo q tendríamos que irnos a casa… han sido demasiadas emociones juntas para el mismo día. Nosotras nos marchamos. Me alegro que nuestros amigos estén ya con nosotros. No los pierdas de vista Sandra – Comento Inés mientras tomaba a su hermana Miriam de la mano.
- En el centro comercial he visto un bolso rosa de Kitty chulísimo y quiero pedir que me lo compren para mi cumpleaños… aunque faltan cinco meses espero que me hagan el regalo por adelantado. Hasta mañana – Se despidió Marta agitando la mano. Esther y Gerardo la acompañaron para que no fuera sola hasta casa ya que todos eran vecinos.
- ¿Seguro que estas bien? – Le dijo Gerardo mirando a Sandra y pasándole el brazo por encima del hombro.
- Si. Gracias por lo que habéis hecho por mi. Mañana compraremos helados y… ¡os invito yo! – Sandra estaba feliz ahora que tenía a sus peluches.
- Bue, no hace falta. ¿Para que están los amigos? –Dijo Gerardo mientras revolvía el pelo de su amiga– Mañana nos vemos.
Sandra dio un beso en la mejilla a su amigo y le vio alejarse por el parque.
Estaba muy cansada y se dirigió a la entrada de su casa con un muñeco en cada mano pero algo llamo su atención.
En la acera de enfrente estaba Carlota, esa niña que le había pedido a Dorotea para jugar y que se había enfadado mucho cuando Sandra no se la dejo. Venia despacio comiendo chucherias. Casualmente la bolsa de la que sacaba las chucherias era igual que la bolsa que habian dejado como pago de rescate en el centro comercial.
Sandra ya tenia la prueba que necesitaba para saber que Carlota había sido la secuestradora.
Miro a Dorotea y a Doroteo mientras pensaba en lo mal q se habrían sentido metidos en esa caja y con esa niña tan mala.
Mañana contaría a sus amigos lo que había visto para trazar un plan de venganza entre todos pero estaba cansada y pensó: "ahora no… estoy cansada… ya lo pensare mañana… mañana será otro día".
FIN.
Fdo: Señorita Flecher.

Sunday, October 01, 2006

LA SAGA DE LAS TRES SOÑADORAS

Los sueños empezaban siempre igual: escuchando los lamentos, los llantos de los niños quemados… ó los gritos angustiosos clamando por una gota de sed.
Lo sabían, percibían que eran personas antaño, ahora convertidas en animales; buscando refugio en cavernas bajo la tierra, o en cualquier hueco, para poder sobrevivir a una lluvia negra que les arrancaba la piel a tiras.
Y despertaban todos en Fant- Asia con la misma urgencia: la de salir corriendo en busca de ayuda… porque sabían que existía esa ayuda, y no precisamente en ese mundo oscuro que vivían en sus sueños.
De todos los personajes y habitantes del mundo Fant-Asia, sólo tres reaccionaron a la llamada de aquellos sueños recurrentes con la urgencia de a quien le va la vida en ello. Los demás al despertar o lo reducían a una simple pesadilla producto de la abundante cena o lo “olvidaban “convenientemente
Una fue Alsira Alej, del Pueblo Errante: melena castaña, ondulada y larga, ojos negros rasgados. Siempre vestía con cómodos pantalones y casacas de colorido fuerte, que le permitían montar con holgura en la montura habitual de su Pueblo: los pegasos alados, de un blanco nacarado en pura competición con las perlas del Mar de Monal.
Otra era Bensalem Ajad pelirroja explosiva, como el fuego. En contraste con la apariencia salvaje de su físico y pese a desplazarse por el mundo de fantasía en un dragón mil colores, - de los más revoltosos a la hora de realizar picados y revueltas cuando uno menos se lo espera - siempre iba vestida a la perfección como correspondía a la Princesa Real del brumoso y verde país Scotiano
Y la tercera fue Muriel Orsini la más regordeta, con más carnecilla a decir de los enanos, pero también la más pizpireta, ingenua y bondadosa persona de toda Fant-Asia. A excepción del resto de su familia, los serafines, pero hasta entre ellos destacaba por estas cualidades. Siempre vestida a la última, con mucha elegancia y siempre, siempre recordando sus flores preferidas según la estación. Sus vestidos no le impedían montar, pues sus propias alas tenían la fuerza suficiente para viajar a la par que los diversos dragones de su mundo, sin ningún menoscabo en sus fuerzas o en su compostura.
Emprendieron el viaje desde sus respectivos países, con una visión común en sus mentes.
Todas habían visto el mismo inicio en el sueño: un monolito cubierto por la escritura antigua chainita, conocido en todo el planeta por la Leyenda que lo acompañaba. Según ésta desde allí se iniciaría el camino que desembocaría en la Unión con el Creador de toda Fant- Asia. Este era el fin y el deseo de todos los habitantes del mundo de Fant- Asia, pues todos sentían que les faltaba una parte fundamental de su ser.
Al llegar las tres al monumento supieron al mirarse a los ojos que el motivo que las había conducido allí era el mismo para todas: conseguir salvar a los seres de sus sueños.
Comenzaron a compartirlos tras las presentaciones adecuadas, según las reglas comunes y las particulares, lo que les llevó su buena media ar´, y tras una frugal cena de leiras alrededor del fuego invocado por Bensalem.
Descubrieron las semejanzas de los mismos y decidieron iniciar en común la búsqueda de los tres objetos que cada una por separado tenía grabado en la memoria tras tan intensas repeticiones.
Bensalem veía siempre una Llama constante, y pensó en un principio que estaba relacionada con la habilidad natural de los scotianos de invocar mágicamente el fuego, la lluvia, el viento, el rayo…. en definitiva todos los elementos de la naturaleza. Aunque comprendió al terminar de relatarse mutuamente los sueños que esa imagen era algo metafórico, no limitado a su persona sino a la de los Otros.
Habían decidido denominarlos de esta forma para evitar evocar todas las horribles imágenes que sufrían durante las noches, aunque el primero que se les vino a la punta de la lengua era el de los Sufrientes… o similares.
Tanto Alsira como Muriel llegaron a la misma conclusión con sus respectivos objetos: una Perla nacarada para la primera, que pensó estaba relacionado con la propia habilidad mágica de poder atravesar cualquier materia, mar, tierra, aire, sin asfixiarse, moviéndose como si fuera un habitante más del medio . Realmente no necesitaban usar los pegasos alados en su pueblo pues al tener esta habilidad podían volar como las aves, pero sentían un gran e inmenso cariño por estos seres.
Y una blanca Ruyial, la flor preferida de la segunda era el tercer objeto: de pétalos sedosos y suave fragancia, era la favorita de Muriel porque resumía la belleza incuestionable y objetiva de todas las flores por ella conocida.
En su caso ella no lo relacionó con su magia particular, sólo la consideró como tal, como la más bella de las flores, pues ella “sólo” podía acelerar el proceso natural del crecimiento, contagiar su risa al que la escuchara, sanar a los enfermos…
Finalmente vieron que sus sueños les conducirían directamente a la zona más oscura y peligrosa de su idílico mundo. La única zona de toda Fant- Asia donde la mayoría de los seres mágicos no se atrevían a poner un ala: en la llanura de Asolam.
Esta región estaba completamente cubierta de magma liquido salvo en aquellas zonas donde la lava solidificó decenas de siglos antes y que fueron respetas por los diversos movimientos sísmicos provocados por el volcán Ur.
Era en este desolado paisaje donde sobrevivían los Innombrables, los expulsados de cada país por practicar para su propio provecho las diferentes magias existentes, perjudicando a sus congéneres o al medio que les acogía. Todos sin excepción degeneraron paulatinamente en semejante infierno, tanto física como mentalmente. Hasta su magia degeneró siendo sólo capaces de invocar la destrucción en todas sus variantes.
Recuperaron sus monturas tanto Bensalem como Alsira, mientras Muriel comenzaba ya a batir las alas. Emprendieron el viaje sin querer volver a soñar: no descansarían, sólo sufrirían si lo hacían y estaban cada vez más seguras que el único descanso verdadero lo alcanzarían al finalizar el camino comenzado desde el monumento chainita.
Según se aproximaba el amanecer, en su viaje hacia el este vislumbraron la oscuridad de Asolam. Hasta llegar a ese punto habían cubierto sin ningún problema los sucesivos reinos de Antalam, Elrey y Azkuram de las diversas razas de elfos del bosque, del agua y de la tierra. A estos últimos se les podía confundir con los enanos, al ser un poco retaquillos y estar cubiertos siempre de tierra, pero eran inconfundibles con sus orejas puntiagudas y sus caras barbilampiñas…
Sobrevolando ya la llanura de Asolam, sus habitantes infernales les plantaron batalla, arrojando tal cantidad de surtidores de lava que finalmente tuvieron que desistir, y dejar partir a sus monturas, pues Bensalem no podía detener con la lluvia y el hielo invocados a través de su magia a todos los géiseres de lava levantados en su camino.
La única opción racional que les quedó fue crear una burbuja con el poder de Alsira y el aire de Bensalem, para protegerse de la lava al desplazarse por la superficie o los ríos de magma. Alsira podría haber continuado sin ningún tipo de protección, tanto andando por esta llanura como volando y cruzando los géiseres, pero las delicadas alas de Muriel no habrían resistido semejante calor.
Durante todo ese día mantuvo la protección para sus compañeras y caminaron en su interior, haciendo rodar la esfera. Pero la magia requiere concentración y descanso, y aunque Muriel refrescaba y fortificaba los cuerpos de sus compañeras mediante su poder curativo no se podía mantener en activo durante largos periodos de tiempo.
Finalmente Alsira tuvo que desistir de mantener activa la esfera que las protegía, aunque por suerte fue a ceder justo en las estribaciones del volcán Ur, su objetivo. Allí les esperaba una multitud de demonio, trollocs, gigantes... todas las variantes que pudieran imaginar o haber escuchado en los cuentos narrados por sus abuelos. Su desánimo y la escasa fuerza que tenían fue tal que a Muriel le comenzó a dar su risa tonta de pura desesperación. En ese momento, y delante de sus asombrados ojos, los asolamitas comenzaron a explotar: en cuanto escucharon aquella risa contagiosa de la serafín y al ser la primera carcajada que soltaban en siglos su ser maligno parecía que no podía soportarlo y escapaba como podía, así que... explotaban. Esa es la explicación más lógica que lograron dar al fenómeno una vez pudieron retomar fuerzas tras la escalada final de la montaña.
En el hueco más recóndito de una profunda caverna, iluminada por la lava que corría entre profundas gargantas, se hallaba un altar formado por la misma piedra azulada del legendario monolito chinita. En él encontraron los tres objetos soñados: la llama, la perla y la flor. Y sin cruzar palabra entre ellas, tras una mirada, colocaron sus manos a la vez sobre los objetos.
Un resplandor intensísimo las cegó, y al segundo se vieron sumergidas nuevamente en los angustiosos sueños que las condujeron esta aventura. Vieron como las cualidades representadas por los objetos, su magia, se derramaba como lluvia bendita sobre los Otros: la pasión y amor por el universo y todo lo que contiene de la Llama constante; la justicia y el equilibrio para asentar la verdad objetiva, como objetiva era la belleza de la flor Ruyial; y finalmente la sabiduría necesaria para hacerlo contenida en la Perla nacarada.
Observaron como estas cualidades calaban en los espíritus de todos los Sufrientes, y en la misma Tierra que, a la vez y en su propia realidad, relacionaron con el Origen y el Creador. Y toda la magia se volcó y se unió a aquellos que sufrían, su mundo mismo Fant – Asia se fusionó aportando todo aquello que fue necesario para poder reparar las heridas.
Todos en Fant-Asia se despertaron comprendiendo que se había cumplido la Leyenda, y se sintieron plenos recorriendo junto con los llamados Sufrientes la Tierra; completos en su ser comenzaron a crear nuevos reinos en armonía.
Al menos durante unos miles de eones, pero lo que sucedió entonces no forma parte ya de esta aventura que pasó a los Anales del Planeta Origen como “La Saga de las Tres Soñadoras”.

NEREIDA

EN MEMORIA DE LOS VIVOS

Como cada medianoche, la luz se extinguió y todo quedó en silencio. Poco a poco los ojos de Christian se fueron acostumbrando a la penumbra. Parpadeó repetidas veces en la oscuridad para ahuyentar la sensación de inmovilidad que le daba el profundo silencio y trató de incorporarse de la cama sin hacer ruido. Tras vestirse con dificultad, llegó hasta la puerta de la estancia y se asomó al corredor. Nadie a la vista. Avanzó por el pasillo hasta la puerta principal del hospital. No había nadie en recepción y tampoco estaba el guardia de seguridad. Estarían en la cocina tomando un café como era su costumbre a esas horas. Finalmente alcanzó la puerta principal y salió a la calle.
El aeropuerto de Heathrow era un inmenso hormiguero de personas pegadas a bultos y maletas, como siempre. Fue esquivando la multitud hasta que alcanzó el stand de British Airways para pedir los billetes para el continente. Al llegar al mostrador notó un golpe que le hizo perder el equilibrio hacia un lado. Se giró inquisitivamente y se encontró con unos preciosos ojos color miel que le miraban, avergonzados:

-“¡Ay! ¡Perdona!” –le decía sonriente una guapa chica con aspecto desaliñado-. “¿Eres el último?”

-“Nada nada” –dijo Christian-. “Sí que lo soy, sí” –le contestó con mirada divertida.
Para su grata sorpresa, los asientos asignados fueron contiguos en el avión. Durante el vuelo, Sarah le contó que era profesora de arte en una Academia de Praga y que volvía de pasar unos días en Londres. Christian no paró de hacerle preguntas durante el trayecto. No sabía por qué se encontraba en aquel vuelo a Praga y hablar con Sarah alejaba la extraña sensación que le producía el estar siendo guiado por un cordón invisible que le mostraba el camino a seguir. Desde que se despertó en el hospital aquella mañana le había invadido una gran confusión acerca de sí mismo. No recordaba más que su nombre y no sabía muy bien qué era lo que hacía allí. Únicamente sabía que tenía que marcharse.
Cuando llegaron al aeropuerto de Ruzyne de Praga y mostró su pasaporte fue detenido por un control de seguridad y le invitaron a entrar a un despacho en un perfecto checo que él entendía mejor que el inglés. El documento le identificaba como Christian Manethová, de nacionalidad Checa. El policía introdujo sus datos en el ordenador y allí apareció su ficha y fotografía. Al parecer, había desaparecido después de haberse visto envuelto de forma accidental en un tiroteo acontecido durante su estancia en Londres, le explicaron.
Tras las aclaraciones pertinentes, Christian se vio libre de preguntas y pudo salir del aeropuerto. Allí estaba Sarah esperándole con una amable mirada de complicidad y comprensión que le reconfortó. Intercambiaron las habituales preguntas con el fin de averiguar cómo podían verse de nuevo y Christian se despidió de ella dándole un cálido y suave beso en la mejilla, muy cerca de la boca, con la esperanza de que aquel beso marcara una impronta que pudiera escapar a su incómoda amnesia.
Un taxi le acercó al centro de la ciudad. Sus pasos le dirigieron a la Ciudad Vieja, Staré Mesto, donde encontró un hostal vagamente familiar en el que se alojó. Más tarde cogió el metro hasta Staromĕtská, y desde allí paseó, con más rumbo que incertidumbre, hacia la plaza vieja. Por un momento su mente pareció relajarse y liberarse del yugo de la extrema situación para dejarse llevar por la calurosa acogida con que su entorno le abrigaba a pesar de lo frágil de su identidad. Se permitió dejarse llevar unos minutos por el maravilloso sentir del turista y se abandonó a esa embriaguez eufórica que le recorre a uno cuando deambula por las calles de una ciudad inexplorada.
Al caer la tarde se adentró en el barrio judío y fue a la sinagoga Staronovám, la más antigua de Europa. Algunos visitantes salían cuando él entraba; quedaba poco para la hora de cierre. No obstante, cruzó la primera estancia con rapidez. Las salas estaban vacías y carecían de objetos decorativos, exceptuando las paredes. Según la historia de la sinagoga, en las paredes se encuentran escritos todos y cada uno de los nombres de las víctimas judías del nazismo residentes en Checoslovaquia de tal manera que la totalidad del edificio se encuentra cubierta en su interior por un único y desconcertante tapiz manuscrito. Christian se detuvo brevemente en el centro de la estancia principal y respiro hondo. Estaba nervioso. De un giro saltó a unas escaleras que elevaban el nivel de la sala hacia un pasillo que la rodeaba a modo de claustro y se dirigió a un rincón de la pared donde se agachó y exploró los nombres escritos hasta que encontró el que buscaba: Alexei Manethová. Su padre.
Tragó aire abruptamente al intentar combatir el repentino flujo de recuerdos que se agolpaban, torpes, en su mente. Quiso salir a respirar pero no localizó más que una puerta pequeña a través de la que se vislumbraba un jardín que le condujo a un pequeño cementerio. Las lápidas se agolpaban, sin nombre, unas encima de otras por evidente falta de espacio. Desde 1478 se enterraba allí a las gentes judías. Se calculaba que podía haber enterrados unos 100.000 cuerpos. El terreno estaba plagado de diminutos montículos que parecían estar sobrecargados por los muertos que albergaban y que empujaban, hacia la superficie, imparables, provocando la destrucción de cualquier intento de dignificarlos.
Atravesó la maleza de tumbas, saltando sobre ellas hasta que se paró ante un trozo de lápida que reposaba contra el muro que separaba el cementerio de las calles de Praga. Cayó de rodillas. El único ruido que se escuchaba era el de ronroneo de los grillos y el de algún motor lejano. Bajo la lápida halló semienterrada una caja de latón oxidada. Sus manos temblaban mientras abría la lata y vislumbraba lo que parecía papel en su interior. Se disponía a desdoblar el papel para desvelar su contenido cuando oyó un extraño clic metálico cerca de su oído derecho.

-“Dame la droga, Christian”- dijo Sarah apuntándole con una pistola a la cabeza y con voz temblorosa.

-“Pero, ¿qué dices Sarah? ¿Qué es lo que pasa? –respondió él.

-“Ya lo sabes, la droga que robaste en aquel tiroteo en Londres. He seguido tus pasos desde entonces” –repuso Sarah.

-“Estás equivocada, déjame que te explique”

-“Lo harás. En comisaría”.
Pasaron la noche en la comisaría de una desvencijada calle a las afueras de Praga. Christian no paró de repetir lo que él consideraba su historia, dado lo poco que sabía de sí mismo. Acabaron permitiendo que volviera al hostal al menos por esa noche. Sarah le acompañó y, cuando Christian le pidió que subiera a su habitación a tomar algo, pudo leer el desconcierto en su mirada. “Estoy de servicio, no puedo” –dijo. “Un comienzo al menos”, pensó Christian. Sonreía mientras subía las escaleras y jugaba con un papel que llevaba en el bolsillo de su pantalón. Paró en seco, sacó la hoja tan rápido como pudo, la abrió y la leyó: AÚN NO ES TU MOMENTO CHRISTIAN. TE ESPERAMOS.
Un pitido agudo seguido de latidos intermitentes inundó la habitación del hospital. Christian abrió los ojos y pudo ver como varias enfermeras le rodeaban con rostros de preocupación y sorpresa. Había permanecido en coma varias semanas, pero aún no era su momento. Así se lo había dicho su padre, fallecido hacía ya 17 años. Ahora lo recordaba todo perfectamente. Sonrió a una enfermera con ojos color miel que, de repente, le pareció extrañamente familiar.

OFELIA

Tuesday, September 19, 2006

DELICIAS ORIENTALES

¡En qué momento!... ¡Mecagüen mi puta calavera! …Nunca debí salir del pueblo… ¡Ah! Otro cascote en la cabeza. Debo tener, por lo menos, cuatro plantas de hormigón y vigas retorcidas encima de mi espalda. El polvo empieza a obstruir mi nariz, una especie de barrillo se me está formando en la boca y me está empezando a resecar la garganta. ¡Lo que daría por un güisqui con ginger ale de litro! Creo que podría decirlo en siete idiomas. ¡A ver si dejan de saltar ahí arriba! ¡Vaya!... Eso no lo sé decir en tantos idiomas, por lo menos en árabe o en libanés o en lo que Dios quiera que hablen aquí…Por este lado parece que hay más hueco. Debo de tener por lo menos medio kilo de cristales en el cuerpo, no lo veo, pero siento la humedad en los pantalones, aunque puede ser agua de alguna cañería rota. Jodido chaquetón, en qué momento… Si salgo de esta tengo algo que recordar: no aceptar ropa como pago de deudas de juego. Aunque por otra parte está chula, los cristales solo me pinchan en las piernas. Ese bombero sin fronteras del copón…Tanta preparación y tanto esfuerzo y no les enseñan a jugar a las cartas. Debe estar peor, según salimos del café se fue hacia su retén y les cayó un obús a menos de diez metros, creo que se llamaba Luca, es de Verona y no sabe que el full gana al color. Decididamente hoy no era su día. Pensándolo bien tampoco es el mío… Eso parece una luz… No, no es más que el reflejo de la linterna, esto debía de ser una habitación, veo peluches… ¡Mierda! No creo que se les haya ocurrido meter las máquinas mientras estoy aquí, ese trozo que ha caído era muy grande…

-¡Holaaaaa! ¡Hay alguien por aquí!...

Debería darme la vuelta y decir que no hay nadie ¡Puta mierda de guerra! Con lo bien que me iba…

Desde que empecé hace diez años a seguir a los cascos azules no he hecho más que ganar pasta…

-¡Hello! ¿Is anybody here?

Nada, aquí no queda ni el gato, aquí no podría quedar nada con vida, no hay casi espacio para un tirillas como yo y menos para un bombero, ¿pero como voy a parecer un bombero con mi metro sesenta y cinco? Eso tampoco podía explicárselo a la señora y al hombre sin brazo, los de aquí abajo creo que deben de ser sus hijos. ¡Mierda de chaquetón! Si salgo de esta lo quemo, lo juro.

-Aló! Il y a quelqu’un?

Sí, en francés lo mismo me entienden, aunque si son crios no creo que entiendan mi acento. Lo poco que sé me lo enseñó un sargento canadiense en Kosovo, ¡qué cabrón! ¡Como le gustaba follar! No era fácil encontrar por allí a dos chavalas que quisieran montárselo con él, pero siempre van sobrados de pasta… no les deben de aguantar ni en su casa. Cuando estás lejos no hay nada como presentarse con un fajo de dólares para sentir el calor de una mujer, bueno, en el caso del sargento Pellier de dos.

-¡Hostiasssss! ¡Qué calambrazo! Debo de tener más cuidado, esta mierda de cemento se ha transformado en un majano, y tiene toda la pinta de que yo soy el conejo. Este cemento debe ser peor que el que utilizaba Gil y Gil en los 70. Seguro que este mismo desastre lo podría haber hecho una Vespino empotrándola contra la fachada...

Justo lo que faltaba, más gente a mover cascotes, ahora no voy a oír nada, pero por lo menos entrará más aire…

Por este hueco, sí…creo que… ¡Umpf! Otro poco más… Ya está. ¿Esto que es? Parece una chilaba... ¡Joder, la abuela! Bueno por lo menos no tendrá que enterrar a sus hijos o a sus nietos. Mi padre me decía siempre que no hay nada peor que enterrar a los propios hijos…No hay salida. Intentaré recular…

-¡Holaaaaa…! ¿Hay alguien aquí…?

Esto me recuerda a los subterráneos de Kandahar, aquel legionario, Curro, me dijo que parecía un parque de atracciones: túneles, cuevas, toboganes… Justo. La casa del terror. Menos mal que habían hecho limpieza…La sensación era similar a la que tengo ahora, pero ahora estoy más angustiado, hay aquí más trampas que en una peli de Rambo y los marines no han hecho limpieza.

He visto un hueco al lado de la nevera, está hecha un acordeón… miraré antes de salir al otro lado… nada. Tengo las rodillas desolladas. Debo seguir, cuanto antes salga de aquí antes me iré al hotel, he visto una francesilla muy salada, creo que me dijo que era corresponsal de Le Monde y el cabo de intendencia Marcos me va dejar un 4X4 para poder ir a darnos un bañito cerca de Tiro, hay unas calitas de ensueño, sí…un poco de brisa marina…No me vendría mal un masajito… ¡Coñooo! ¡Si están aquí!

-¡Eeehh! ¡Bajad aquí, los he encontrado!

Esta niña está muy mal, debe de tener unos 10 años, parece que se le ha clavado algo en la pierna. El crío tiene los ojos abiertos y respira, pero parece que no se puede mover tampoco…

-¡Tranquilo machote, te voy a sacar de aquí en un periquete!

¡Vaya! Ni se ha inmutado…Estoy tonto, aquí nadie habla español. Bueno excepto Omar, me dijo que había estado en Barcelona tres años currando en un decomiso, es el que me consigue el hachis para trapichear. El rojo libanés es muy rico, recuerdo que en Ámsterdam lo tenían a casi 10 € el gramo, Omar me lo consigue a 2 y yo lo paso a 15€, a los chavales les sale caro, pero por lo menos no tienen que buscarse la vida, ni hacer salidas sin permiso del comandante. Le saco más beneficio que al alcohol que le compro al segurata del hotel Rashid, las botellas no me salen baratas, pero a los muchachos se les ha acabado el DYC y se beben hasta el agua de los floreros…Si pudiera conseguir un poco para limpiar la herida de la niña. Se parece a Inma, la pequeña de mi hermana, aunque hace tanto que no la veo…seguro que ya tiene novio... Algún bacala con corte de pelo infame de esos que van con las motillos de juguete, ¡cabrones!... Si supieran la mitad de las cosas que pasan a tres horas de vuelo de su puto parque…

Voy a intentar taponar la herida de la niña, aquí está…

-Mira nena, ¿a que nunca te han vendado con un pañuelo auténtico de seda italiano?

Ese carabinieri… ¡Guido!, sí, ese es su nombre, como se nota que ha estado en otros “fregaos” el muy pillo también se ha traído la mochila llena de recuerdos de la madre patria para intercambiar o para camelar a alguna muchacha.

¡Pena de pañuelo!… El chaval sigue sin moverse. Debe estar en shock o algo así, espero que no esté trabado por los escombros. Ni siquiera pestañea.

Empiezo a sentirme muy sofocado. Espero que este pueblo miserable llamado Marjayun no sea mi tumba. Todavía tengo que ir a Tiro con esa francesita pecosa.

Voy a intentar arrastrarla… Gime de dolor, no creo que aguante hasta la salida, pobrecilla…

-¡Tranquila pequeña tus padres están fuera! ¡Tranquilisez vous, votres peres sont içi, ma chery!

¡Hey! Me ha parecido verla asentir con la cabeza. Supongo que mi francés ha mejorado, o puede que vea que estoy más acojonado que ella. Voy a quitarme el chaquetón para poder arrastrarla encima. El cinturón… Lo ataré a la pechera para poder tirar de ella sin pisarle la cara a la pobre, solo le faltaba eso. Espero que haya ambulancias fuera…

El niño tendrá que esperar, no he llegado ni a comprobar si estaba herido, parecía un gazapillo en una madriguera…

¡Ptuf! ¡Qué asco! no puedo creer que esa mierda salga de mi boca. Me duelen las manos, menos mal que todavía se ven las varillas fosforescentes, mi cuñado las usa más pequeñitas para pescar. ¡Qué suerte que a Luca se le haya olvidado vaciar el chaquetón! Oigo cada vez más claras las voces y los ruidos de cascotes… No me gusta nada tener que pasar por este agujero otra vez pero el chaval sigue allí. Mierda de polvo y mierda de chaquetón de bombero, solo espero que la chiquilla no se esté haciendo más daño. La niña parece un fantasma, está toda blanca…Por fin la luz.

-¡Hostiaputalcopónbendito! ¡Que susto me has dado cabrón! Vamos, ladra más fuerte bonito, venga…eso que venga alguien a recoger a la cría. ¡Eh, tú ven “pacá”, rápido, aquí hay una niña herida!

Creo que me ha oído, es otro italiano, jamás pensé que me alegraría tanto de ver a uno. Hace años, en verano los perseguíamos por Benidorm para hostiarles por quitarnos a las chatis.

-¡Tranquila nena, je vais a pour ton frére! Te voy a quitar la chupa para poder traerle también…Vamos allá…No te muevas…Muy bien eres muy valiente…

¡Ups! Esto empieza a sonar como el vientre de un oso, esta escombrera parece que esté viva…Será mejor que me dé prisa…Por aquí no es, ¡piensa!...Que poco han durado las bengalitas verdes, duran menos que los collares fosforito que vendían en la feria de mi pueblo, recuerdo que le regalé una roja y una verde a Marisol, la hija de la Merche, con que ardores me lo agradeció... Aquí está el cable…

-¡Aahhh! ¡Pero si no lo he rozado siquiera, suputamadre!

Debo estar cerca, este hueco me suena…Pobre abuela… ¡Ahí está el chico!

-¡Chaval, dame la mano…Así, muy bien…

Creo que puede moverse, pero no me la juego, le voy a arrastrar como a su hermana, espero que se esté quieto, aunque le podría decir que alumbrase con la linterna, saldríamos más rápido, ¿por qué no habré aprendido idiomas? Vamos allá… ahí está el cable… Adiós Abuela… Creo que la ha visto…Otra vez ese ruido…

-¡Cuidado!... ¡Ah!...

¡Mi mano!... ¡Ostia!, menudo bloque, no puedo moverme, ¡tranquilo majete! (Dios como duele)

El niño me ha visto, ha cambiado su rostro y me mira incrédulo…empiezo a sangrar, se me duerme la mano, esto no me gusta nada y además se ha obturado el pasillo… Noto algo en el brazo…es el crío, me mira y me da una barra de hierro, no me lo puedo creer ha estado todo el rato inmóvil y ahora aparece con una palanca… ¡Umpf! Ya está… un quintal pesa el jodío bloque, sangro como un cerdo y no veo la luz al final del túnel…Ahora veo un dedito delante de mis narices apuntando hacia la derecha, me mareo … el niño me ha adelantado y tira de mi camisa, el chaquetón del bombero ha quedado atrás…me duele, no puedo casi respirar…un zumbido en mi cabeza no me deja oír al muchacho, parece que está articulando palabras, me da igual, no entiendo una patata en árabe. Ahora algo peludo y húmedo, moja mi mejilla, mi cara, mi mano sangrante…Luz ¡por fin!…Aire….

------------------------------------------

-Margot, ven a la toalla a ponerme otra copita, todavía me duele la mano…

Por cierto una preguntita ¿cómo se dice en francés estás más buena que el pan?

Mohamed Castells.

I CERTAMEN DE RELATO DE AVENTURAS "EL SATÉLITE"

No tenía mucha fe, la verdad, pero un sateluco ha roto el silencio, y por fin tenemos el primer cuento, las bases las colgaré mañana, o pasado, a estas horas sólo catarsis y ganas de escribir.
Besos,
saldama

Saturday, May 20, 2006

Sus miradas

 Posted by Picasa

Crónica de discursos

En el pub irlandés (el Verde, para Natalia) estábamos los de siempre pero con seudónimo.

César me hizo prometer que no volvería a convocar un certamen en los próximos cinco años, pero le juré que el mes que viene le enviaría las bases del I Certamen de...ya veremos. Dímelo tú, Barri de mi corazón.
No sé si fue por la cerveza sin alcohol o por los rollitos de primavera, pero tenía ganas de llorar aunque me pudo la risa.
Ceki juguetona, sabe mucho de dicción y leyó con maestría nuestros textos, Natalia divertida, recordándonos tardes, mañanas y noches, horas que pasamos risueños a su lado, ella reía, leía su discurso y todos nos mirábamos nostálgicos con sus anécdotas, pensábamos en mucha gente que ha pasado por nuestro trabajo.
Algo me hizo pensar anoche que esta vez, todo va a cambiar, y será bueno, porque siempre que te reúnes con los amigos, las sensaciones te llevan hacia lugares hermosos.
Monix insistía una y otra vez: Sonia no nos ha nombrado en su discurso, y miraba a Mada, ¿cómo no voy a nombrarlas? Estaban en cada palabra, en la mirada, frente a mí, mientras escribía el discurso frente al ordenador del satélite, y ellas delante, como siempre, a mi lado Zalo, sus preguntas frecuentes, sus respuestas incisivas, su sonrisa inabarcable.
Inma vino al fallo del certamen, se quedó hasta que dimos los premios, siempre me conmueve su entusiasmo, las ganas de participar en todas las historias que invento, me vuelven loca las personas apasionadas, por ella, y unos intrépidos más, como Carmencita , cada día es especial, y siempre, fuera de órbita.
Gracias una vez más por dejarme que enloquezca a vuestro lado, me encanta pensar que juntos luchamos por una buena causa, la nuestra. y lo bueno que tiene ésta revolución pacífica y nada silenciosa, es que al final, a nadie le importa si hubo vencedores o vencidos, aunque Silvi, por supuesto, mereciera su premio. Aquí está su relato ganador y el finalista, de Ncrespo, nuestra Nata, el mío lo dejo para otro cuento.(ver http://satelitesaldama.blogspot.com)
Un beso acaramelado para los trece participantes y para los que se quedaron a celebrarlo con nosotros,

saldama

Friday, May 19, 2006

Fallo del I Certamen de discursos de despedida "El satélite"


Amenazo con crónica lacrimógena, pero mientras tanto anuncio que: Silvia Dominguez ganó el primer premio y Natalia Crespo y Sonia Aldama quedaron finalistas ex aequo del I Certamen de discursos de despedida "El Satélite", pero todos los que aguantamos hasta las 2 de la mañana leímos nuestros textos.
Hubo mucha emoción, pero sobre todo, risas, obviamente, porque somos satelukos. :-)
No, César, no fue tongo ;-)
 Posted by Picasa

Previo al fallo sateluko







Las tardes en el satélite no siempre son tediosas, a veces, nos da tiempo a disfrutar de nuestra compañía, a discutir por correo con Nidito y a querernos, aunque sea a mordiscos.
 Posted by Picasa

Thursday, May 18, 2006

¡Proletarios del mundo!

Quise decir:
¡Satelukos del mundo!
Esto no es serio, obviamente, así que hemos cambiado la fecha del fallo: será mañana (hoy) a partir de las 22h data.
Estaremos en to la puerta er satélite, quien no sepa el camino, no es sateluko, y no es una frase budista (Nidito, va por ti)

Como diría alguien que no sabe de textos tipo,
Muy atentamente,
sateloca

Thursday, May 04, 2006

Buscando curro

 Posted by Picasa

A modo de no sé qué

Que conste que no hay tongo, pero los satelukos somos muy chulos y no ponemos un comentario ni aunque nos torturen, así que votaremos en privado y en nuestra jornada laboral,,,eso sí: animo a nuestros millones de lectores a participar y a elegir el discurso que más les guste o que menos les haga llorar.
Besos,
la gurú de http://mundopollo.blogspot.com (publicidad engañosa)

**No nos hacemos responsables de lo que ocurra el día del fallo ni de la resaca que tendremos al día siguiente**

Una muestra de lo que se debe hacer antes de trabajar

¡Quién nos iba a decir que llegado este momento conseguiríamos 13 discursos de despedida y sólo dos despidos!
Sospechamos que la racha no va a durar siempre, así que vamos a votar la mejor charla de fin de fiesta, las palabras más sinceras y apasionadas.
Camaradas, que corra la tinta, la cerveza y los chupitos en copa de carajillo.
Besos,
la de la mesa de al lado ;-)

Posted by Picasa

GRACIAS POR VENIR

Hola chicos,

No sabía si podría despedirme de vosotros porque anoche me quedé dormida con las lentillas puestas, aunque me acordaba de lo que os quería decir a cada uno, el texto no lo tenía escrito, pero he tenido suerte y la cornea sigue dentro del ojo, así que quiero escribiros para daros las gracias a todos:

MonicaAP: hermana de Sonia Aparicio "Calidad y Servicio", gracias por echarme la solicitud en CATsa para que dejara de limpiar portales: al día siguiente me llamaron a pesar de que en el apartado de informática cumplimentara: Windouns'95 nivel usuario.

SLorenzo: gracias por ayudarme a ingresar en esta bendita empresa ayudándome a encender el ordenador, cuando yo lo único que sabía encender era el mechero y porque el día de antes había aprendido a fumar.

MCeca: gracias a aquel día en que nos encontramos en el servicio después de que tu hermana y yo hubiéramos coincidido en el instituto, ella aprobara todas y yo no. Nunca olvidaré que yo llevaba el mono vaquero y la cinta negra en el pelo. Nunca olvidaré la suerte que tuve de mearme a la misma hora que tú.

Vreges: gracias por leerme la mano aquel primer día que te conocí, al final no crecí hasta 1,60 cm como me dijiste, pero creo que te referías a nuestra amistad.

Saldama: todavía te recuerdo en la mesa del fondo, si, al lado del servicio de la tercera, gracias por mirarme con esos ojos azules sacados de un comic Manga, y enseñarme a ser una superviviente en la vida y en los descansos.

MonicaPH: gracias por tus lágrimas voladoras, siempre que las he necesitado, han estado conmigo.

Munoza: ¿recuerdas cuando MCeca y yo huíamos en el 70 cuando veíamos que podías alcanzarnos? Gracias por salir aquel día y pillar el mismo autobus que nosotras.

CesarS: gracias por enseñarme tu mejor sonrisa, sobre todo en estos dos últimos años...Y ponerte siempre en primera fila en mis monólogos para darme la fuerza, que me hace falta para no estancarme, y continuar.

MPaulete: gracias por dejarme que te destrozará la cara a ti y a tu familia en uno de los días más importantes de tu vida pero tú a mi me pegaste una parte de mi corazón.

GonzaloJ: Chicho y Feli quieren conocerte e insisten en que lleve siempre la partida de nacimiento en el bolso por si algún día quieres...Gracias por creer en un trabajo mejor, perdón, en un mundo mejor.

Anabelen: gracias por ponerte colorada y llenarnos a todos de...Con tus grandes carcajadas, espero que tus gafas se sigan empañando siempre por nosotros.

JCazorla: gracias por llevar siempre un palillo en la cartera, sé que lo haces por nosotras porque no te gusta vernos mal. Sigue siempre mirandonos con esos ojos de seguidor del Getafe.

Ncrespo: gracias por hacernos las protagonistas de tu vida lleves o no el camisón puesto.

Aeloisa: gracias por tus beilis con cocacola, tus "fenomenal" y por ser mi pareja de baile dentro de la academia y fuera.

Martari, BGil, GabrilB, MiPerez, IGomez, CPúlido, SGilG,... Gracias a todos por mirarme y tratarme siempre como a una amiga sin necesidad de incentivos.

Os quiero a todos, a ti Polanco, hasta que no me pagues, NO.




Concha Velasco

DESPE

No se hace difícil dejar un trabajo, se hace difícil dejar a la gente, las experiencias, los recuerdos…
Todo el mundo recuerda como tuvo que presentar, en el curso de aprendizaje (después de pasar unas pruebas y una entrevista que hasta el sobrino de Sonia las pasaría) para que la gente perdiese la timidez y se soltara, al compañero con el que se sentó en la mesa… EL mío se llamaba José María, era de Getafe, le gustaba el fútbol, leer, el cine, salir con los amigos………¡Qué curioso que a todos nos gustase lo mismo! Todos tan modositos y descubres con el tiempo que al alma candida que presentaste es un golfo con el que has pasado ya "x" años trabajando, saliendo de juerga, descansando en la cocina. Es en este trabajo al que despreciamos, (porque es verdad lo aborrecemos, odiamos, incluso a muchos deprime), en el que conocemos cada vez a más gente….Unos que vienen, otros que van y sobre todo los que se quedan.
Aunque parezca extraño esto es lo que nos ata en este trabajo, no es el sueldo, no es el trabajo, no son los jefes, sino que son esas personas que terminas viendo más que a tu propia familia, esos a los que cuentas tus penas y alegrías, ésos con los que celebras días tan importantes para ellos como sus bodas, sus cumpleaños. Aquellos con los que quedas a tomar algo y terminas tomando el desayuno, o vas de concierto y tardas 2 horas en encontrar un taxi. Aquellos con los que vas a ver museos, o una película, aquellos que un día te hablan y te cuentan que tienen problemas con su pareja o en casa, que te agradecen con su amistad y con una sonrisa que les escuches, que les hables, que les mires, que les abraces, que les des un beso o simplemente que con una mirada de complicidad les dediques una sonrisa.
Con todos vosotros me quedo yo, con los que no estáis hace tiempo y aquellos con los que comparto cada minuto, cada merienda, cada tarde. Aquellos que cuando me estoy quieto me preguntan si me pasa algo, aquellos que cuando no paro me preguntan que si me pasa algo, a todos vosotros, simplemente deciros que os quiero, si, pero no soy yo sólo quien seguro que lo siente, y sino mirar dentro de cada uno de vosotros, todos los que estéis leyendo esto, muchos incluso nos hemos enamorado en este trabajo (incluso hay gente que se ha casado), así que eso, sólo quería deciros que os quiero, (aunque alguna refunfuñe por decirla que es como una hermana) y sé que esto no es un adiós, sino un hasta luego…


Amigo

Wednesday, May 03, 2006

Los satelukos revolucionarios

 Posted by Picasa

MI NUEVA ALCOBA

Hola, esta historia comienza en mayo del siglo noveno de nuestra era. Todo parecía muy bonito en el mundo maravilloso de Astac, las tiendas estaban repletas de gente, en las calles había risas por cualquier esquina y los niños y niñas experimentaban sus primeros juegos, pero…. como toda historia tiene su lado oscuro, pero por ahora no os lo voy a contar, llegará pronto.

Este año prometía, ocupación nueva de aprendiz en la tienda de mis tíos, un par de comidas calientes al día y un rincón donde poder dormir y divagar en las noches largas de invierno.

Llovía y hacía mucho frío en la casa, sus paredes de madera y su tejado de paja apenas podía guarecernos del frío, pero comida tenía y con eso podía estar contento. Una noche de este primer invierno en el nuevo hogar, no podía dormir me puse a mirar por la ventana, y veía como el viento agitaba las ramas desnudas de los árboles, y gotas de agua caían por la ventana de mi cuarto. Todo estaba a oscuras y oía como el viento agitaba la puerta del granero; los lobos aullaban a lo lejos y Petro, el perro de mis tíos, les respondía.

Me abrigué y bajé a cerrar la puerta del granero, llovía a cantaros y la manta que había cogido para guarecerme, acabo calada en mi pequeño viaje. El viento agitaba fuertemente la doble puerta del granero, y apenas podía coger ambas puertas. A duras penas logré cerrarlas, y cuando volvía hacía la casa, observé en el horizonte una luz muy brillante. Continuaba lloviendo a cantaros, pero el brillo de la luz hizo que cambiara de dirección. Comencé a dirigirme hacia la luz amarilla, la cual parecía un sol, pero en tamaño muy reducido.

Según me iba acercando, observaba que su brillo me impedía dirigir mi mirada directamente, por lo que decidí no mirarla, seguir el reflejo que dejaba. Cuando llegué a su altura, esa luz ya no era nociva para mis ojos, por lo que decidí mirar directamente a esa luz brillante. Era una botella, y su líquido amarillo se había tornado naranja. Miré a mí alrededor y observé que no había nadie. La cogí y me la metí en el bolsillo de mí pantalón.

Cuando llegué a la casa, subí las escaleras y me dirigí a mi habitación. No se escuchaba ni un solo ruido en la oscura casa y el perro había dejado de ladrar. Como no podía ver nada, saque la botella de mí pantalón y aproveché su luminosidad para dirigirme a mi habitación.

Al llegar a mí cuarto cerré mi puerta, y coloqué la botella encima de la cama; la habitación estaba completamente iluminada con el color anaranjado que tenía el líquido. Y observándola me quede absorto parte de la noche. En un lateral de la botella había una inscripción, y como apenas sabía leer, tuve que arriesgarme y me decidí a probarla.

Al descorcharla, el olor que desprendía era un aroma fresco, me recordaba a mi hogar, la casa donde vivía con mis padres, que aunque tenía que haberla abandonado, por el nacimiento de mi nuevo hermano, me seguía trayendo muy buenos recuerdos.

Cogí la botella y me la acerqué a la boca, estaba decidido a probarla y así lo hice. Cuando bebí no sentí nada extraño, me gustaba su sabor, pero…

Empecé a oír golpes, mí cabeza me dolía terriblemente y no podía ver nada. Todo estaba a oscuras y no sabía donde me encontraba. Distinguí algo en el lado izquierdo de lo que parecía ser una pared, lo apreté y se encendió una luz. –Joder, pero si acabo de apretar un interruptor, y tengo luz. Vaya, me he quedado “sopa” en el cuarto de baño.

No era la primera la vez que esto ocurría, el sueño se había apoderado de mí y había caído en un dulce y calido reposo.

-Salí del cuarto de baño y me dirigí hacía mi sitio. Las chicas me miraban recelosas, y se preguntaban de dónde podía venir. Zalix sonrió, pues sabía que me había quedado “sopilla” en los aposentos del baño de Catsa. Encendí el ordenador, porque se había quedado pillado, y…..

EL DURMIENTE.

¡Arriba la Pérez!

Iros todos amigos míos. Salid de aquí. Aunque me quede sola, no tendré miedo de abandonar la CATSA la penúltima, porque sabré que todos andáis en un lugar mejor.

Se me antoja una tarea imposible e inabarcable, la de agradecer, la de mirar atrás y recopilar tantos años y momentos grabados en la memoria, metidos en vena y que forman una parte de lo que soy ahora. Y no me arrepiento. No de haber tenido tantos amigos y tardes de risa hasta llorar, no de haber chillado y cortado carreteras en un intento por defender mis derechos, no de haber aprendido en este pequeño gran microcosmos que es el CAT, que las cosas no son fáciles ni difíciles, sino que has de sacarles tú el jugo y ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Tampoco me arrepentiré de haberme quedado aquí viéndoos ir, porque se me hace menos doloroso que salir yo la primera, !ay! cobarde de mí.

Tampoco empezaré a citar ahora nombres porque se haría infinitamente aburrido, pero me quedo con aquellos que me invitaron a sentarme a su lado cuando vagaba como alma en pena por Mirasierra de apoyo de los de Taquilla, a pesar de verme con "aspecto de chulilla y prepotente", jejeje. Ya sabéis quienes sois. Realmente me quedo con todo porque estoy contenta de mi paso por este infierno a ratos atractivo y también, ¿por qué no? me gusta encontrarme siempre una cara conocida o familiar por la Gran Vía o por el metro y decir: “joder, ese era del CAT”! Porque hemos sido tantos, he conocido a tanta gente válida saliendo y entrando en esta catsa-comunidad que creo que ha llegado el momento de que me atreva a saltar sin mirar y seguiros. Porque ahora tengo la energía suficiente y el coraje necesario para lanzarme desde la cubierta de este barco que se hunde, porque no puedo aguantar la vergüenza que me produce que expongan en un destacado periódico nacional la miseria de mi nómina (¿cabría mayor humillación?) y también porque no me queda otra pues ¡ME ECHAN, QUÉ COÑO!

Ya no dejo nada. Ya no me agarraré tenazmente a las paredes según me arrastren camino al torno de seguridad porque, ya tengo lo que quería y me voy feliz. Os llevo dentro colegas.

Pd: Espero que al menos en el próximo infierno la nómina no sea ejemplo público de la precariedad laboral de un país.

Shallot

Wednesday, April 26, 2006

EL SATELITE Y YO

Lo cierto es que no se muy bien que decir en este momento, creo que estoy emocionada y un poco aturdida por lo que supone en mi vida no volver nunca mas al satélite. Han sido nueve años de mi vida. ¡¡Bufff!! parece mentira como pasa el tiempo, y todo lo que aquí he vivido.
Me voy a presentar, para los que no me conozcáis, soy Belona, una de las protagonistas de "Crónicas del Satélite". ¿Qué no lo conocéis? Bueno, el día que no quede en esta empresa ninguno de los protagonista de este libro, lo publicaremos y podréis disfrutar con nuestras historias. En los últimos años, dentro de estas cuatro paredes amarillas, he viajado por medio mundo, he vivido historias de infarto, he montado mi propio gimnasio, me he casado e incluso he cantado con Raffaela Carrá. Lo cierto es que llevo tantos años siendo Belona, que ya no se si el personaje es ficticio o la ficción soy yo.
Quiero dar las gracias a todas las personas que han hecho posible que la vida aquí haya sido tan llevadera, porque lo cierto es que pasarse las tardes de los últimos nueve años en una oficina, con luz artificial, no es lo más maravilloso del mundo. Gracias a mis compañeros de mesa por traer día tras día miles de caramelos y gominolas para endulzar las tardes satelitales, por convocar cientos de certámenes para tener algo divertido en lo que pensar, por esperar ansiosos la llegada de un nuevo capítulo de nuestras historias, por enviar una postal desde algún lugar del mundo para terminar el mural, por meter en nuestras vidas a Domingo y a Dominga, por los concursos navideños al ordenador decorado mas hortera del año. Gracias a mi grupo "quinielero" por seguir semana tras semana, mes tras mes y año tras año pidiendo un eurito y echando la quiniela con la misma fe que el primer día, aunque jamás nos hayan tocado más de 50 euros. Gracias a la gente de la merienda por todos los chismorreos y cotilleos que nos ha dado tiempo a contar y a inventar en esos supuestos veinte minutos de descanso.
Nunca olvidaré el paseillo de última hora, las búsquedas del diccionario perdido, el poder de las palabras mágicas "tritu, tritu… estadisti, estadisti", las tardes de cine en nuestro rincón, los sacos de pipas, mis primeros pasos en el mundo de la conducción, en fin… miles de cosas que sería imposible nombrar.



Y como no, siendo Belona de España, para finalizar mi discurso os dedico a todos una canción: .." es una lata, el trabajaaaar, todos los días te tienes que levantaaar…". No, no, es broma, nosotros nunca hemos madrugado para venir a trabajar. La canción que va dedicada a todos vosotros es: "… cogiste la maleta, y me dijiste adiós… ¡ay, que doloooor!, ¡ay, que doloooor!, ¡ay, que dolooooooor!….".

BELONA J

Friday, April 21, 2006

Irma, Sofi y el Pedri en otra despedida

 Posted by Picasa

Sabemos organizar fiestas

 Posted by Picasa

Algunos momentos inolvidables





A veces los satelukos montamos pollos, otras veces...
 Posted by Picasa

Satelukos fuera de órbita

De esta panda ya no nos queda ninguno :-(
 Posted by Picasa

Satelukas de boda





Caña, Clara, Ceki y Truki :-) en la boda de Madison
 Posted by Picasa

Ex-satelukos




Ellos también fueron satelucos, así que a ver si se animan y nos envían un discurso de despedida. Me pregunto que pasaría si todos y cada uno de los que han pasado por el satélite nos juntáramos en algún lugar de Madrid. ¿Lo organizamos?
 Posted by Picasa