EL SATELITE Y YO
Lo cierto es que no se muy bien que decir en este momento, creo que estoy emocionada y un poco aturdida por lo que supone en mi vida no volver nunca mas al satélite. Han sido nueve años de mi vida. ¡¡Bufff!! parece mentira como pasa el tiempo, y todo lo que aquí he vivido.
Me voy a presentar, para los que no me conozcáis, soy Belona, una de las protagonistas de "Crónicas del Satélite". ¿Qué no lo conocéis? Bueno, el día que no quede en esta empresa ninguno de los protagonista de este libro, lo publicaremos y podréis disfrutar con nuestras historias. En los últimos años, dentro de estas cuatro paredes amarillas, he viajado por medio mundo, he vivido historias de infarto, he montado mi propio gimnasio, me he casado e incluso he cantado con Raffaela Carrá. Lo cierto es que llevo tantos años siendo Belona, que ya no se si el personaje es ficticio o la ficción soy yo.
Quiero dar las gracias a todas las personas que han hecho posible que la vida aquí haya sido tan llevadera, porque lo cierto es que pasarse las tardes de los últimos nueve años en una oficina, con luz artificial, no es lo más maravilloso del mundo. Gracias a mis compañeros de mesa por traer día tras día miles de caramelos y gominolas para endulzar las tardes satelitales, por convocar cientos de certámenes para tener algo divertido en lo que pensar, por esperar ansiosos la llegada de un nuevo capítulo de nuestras historias, por enviar una postal desde algún lugar del mundo para terminar el mural, por meter en nuestras vidas a Domingo y a Dominga, por los concursos navideños al ordenador decorado mas hortera del año. Gracias a mi grupo "quinielero" por seguir semana tras semana, mes tras mes y año tras año pidiendo un eurito y echando la quiniela con la misma fe que el primer día, aunque jamás nos hayan tocado más de 50 euros. Gracias a la gente de la merienda por todos los chismorreos y cotilleos que nos ha dado tiempo a contar y a inventar en esos supuestos veinte minutos de descanso.
Nunca olvidaré el paseillo de última hora, las búsquedas del diccionario perdido, el poder de las palabras mágicas "tritu, tritu… estadisti, estadisti", las tardes de cine en nuestro rincón, los sacos de pipas, mis primeros pasos en el mundo de la conducción, en fin… miles de cosas que sería imposible nombrar.
Y como no, siendo Belona de España, para finalizar mi discurso os dedico a todos una canción: .." es una lata, el trabajaaaar, todos los días te tienes que levantaaar…". No, no, es broma, nosotros nunca hemos madrugado para venir a trabajar. La canción que va dedicada a todos vosotros es: "… cogiste la maleta, y me dijiste adiós… ¡ay, que doloooor!, ¡ay, que doloooor!, ¡ay, que dolooooooor!….".
BELONA J